Vender no es cuestión de suerte o azar, sino de estrategia. La capacidad de captar la atención del consumidor, la comunicación transmitida en la propuesta comercial y la capacidad de saber guiarlo hacia la compra final, son procesos esenciales para conseguir la venta esperada. Una de las estrategias más conocidas para activar estos objetivos es el modelo o técnica AIDA. Cuando aplicas el modelo AIDA en tu estrategia puedes llegar a tener conocer lo qué realmente piensa tu cliente potencial.
En un mercado tan competitivo como el actual, donde las marcas compiten por la atención de los usuarios, llegar a tus clientes potenciales puede convertirse en todo un reto.
El modelo AIDA conocido como uno de los métodos más eficaces, consiste en identificar las etapas cognitivas y conductuales que atraviesa un consumidor durante su proceso de compra o servicio con la finalidad de comunicar el mensaje correcto en cada una de las fases. El concepto AIDA es un acrónimo formado por los términos: Atención, Interés, Deseo y Acción.
- Atención: crear conciencia (awareness) de la existencia de la marca y ser capaces de captar la atención de nuestros clientes potenciales.
- Interés: una vez generada la atención, será el momento de dar a conocer los beneficios del producto y/o servicio, y ser capaces de generar suficiente interés para alentar al comprador a seguir indagando.
- Deseo: en esta etapa es cuando nos formulamos la siguiente pregunta: ¿Cómo consigo que mi cliente potencial pase del “me gusta” a “lo quiero”? Será importante crear una conexión emocional, mostrando la personalidad e identidad de marca. Si eres capaz de crear un vínculo con tu cliente potencial habrás ganado parte de tu partida.
- Acción: por medio de un CTA, podrás impulsar al comprador a que interactúe con tu empresa y sea capaz de llegar a la venta final. Un CTA o también llamado “llamada a la acción” es un botón o enlace situado en nuestro site o bien en alguna pieza creativa que lo que busca es atraer clientes potenciales y convertirlos en clientes finales. En términos generales los Call to Action (CTA) sirven como hoja de ruta para los usuarios. Es decir, guían su recorrido con el fin de dirigirlos hacia los próximos pasos del embudo de conversión para acercarlos a la compra.
Si bien la teoría parece simple, la práctica puede llegar a ser algo más compleja, pues cada cliente es un mundo. Cada etapa requiere la puesta en marcha de un análisis exhaustivo, la definición de una buena estrategia y sobre todo mucho esfuerzo y dedicación. Al mismo tiempo hay que ser consciente de que el proceso no termina solo con la venta, pues el seguimiento post-venta es un factor sumamente importante tanto para fidelizar como para compartir su experiencia.
La fórmula AIDA:
- Acción: Como se ha mencionado anteriormente, consiste en que nuestros clientes potenciales conozcan la marca. Para ello, en primer lugar, la marca debe conocerlos a ellos. Donde viven, sus gustos, sus aficiones, que consumen, etc. Esta información nos puede ayudar a saber de qué manera dirigirnos a nuestros clientes y qué hacer para que estos conozcan nuestra marca.
- Interés: Ahora es el momento de mostrarle los productos y/o servicios. El usuario ya nos conoce, pero quiere saber que ofrecemos o que novedades tenemos. Aquí el exponer la información será un factor que jugará un papel clave. En esta fase deberemos ser capaces de mostrar al usuario que nos preocupamos por él y que somos la solución de confianza que está buscando.
- Deseo: Es en esta fase donde se marca la diferencia. El cliente ya nos conoce (tanto la marca como los productos y/o servicios)¿Qué factores intervienen en esta fase? El precio, los beneficios, métodos de pago, garantías, facilidad de uso, facilidad de envío, facilidad de compra, etc. Ser conscientes de estos factores y trabajarlos te ayudará a que tu producto o servicio sea deseable para el cliente.
- Acción: Último empujón hacia el objetivo. Momento de ser claros e ir directos al grano. Y nada mejor que usar la “llamada a la acción” para generar interés. En esta fase también se puede usar la llamada a la acción con ofertas de duración limitada, o generar sensación de urgencia o agregar un bonus.
En algunos casos, ciertas empresas suelen realizar el método AIDAR, siendo la letra R de retención. Consiste básicamente en no terminar la relación con cliente tras la compra o contratación u obtención del lead, sino continuarla tras ello. El conseguir que el cliente siga confiando en la marca y sus productos y/o servicios agiliza las fases previas y facilita la obtención de futuras compras. Se puede lograr creando un área especial para el cliente donde puedan depositar sus datos.
¿Y cómo sabemos que el modelo AIDA funciona en nuestra estrategia digital?
Cómo hemos comentado en otros artículos, la medición es un factor clave para saber si realmente estás obteniendo los resultados esperados. En este caso pasa exactamente lo mismo, la única forma de mejorar es medir los resultados, ya que te dará una hoja de ruta capaz de entender lo que funciona y lo que no para poder ajustarlo y no repetirlo de nuevo.
Métricas que podemos tener en consideración:
- Métricas de atención:
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- CTR (click through rate) para medir el número de clics obtenidos
- Cantidad de clicks en los enlaces
- Cantidad de suscriptores a tus emails y también & de apertura de los mismos
- Tiempo de visualización
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- Métricas de interés:
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- Cantidad de páginas visitadas
- % de permanencia
- % de usuarios recurrentes
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- Métricas de deseo:
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- % de personas que vuelven a visitar tu página
- % de interesados en comprar (solicitando más información)
- Tiempo promedio de permanencia
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- Métricas de acción:
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- % de compras
- % de suscripciones
En conclusión el método AIDA trata de plasmar una metodología que consiste en atraer usuarios que no conocen el producto o servicio y convertir las visitas que llegan a la web en leads, para luego cerrar la venta y convertir los clientes potenciales en clientes actuales. Conocer bien la fórmula te ayudará a impulsar la visibilidad de marca que necesitas para hacer frente al mercado actual.