Algunos de los clientes de Lifting Group ya apuestan por crear spots y videos corporativos pensados para el medio online, más allá de la tradicional televisión o sala de cine. Si bien es obvio que la comunicación de una empresa debe plantearse una estrategia de difusión del contenido, no es menos en el caso de los vídeos.
¿Es lo mismo Facebook que LinkedIn? Está claro que no. Pero no a todas las empresas les interesa estar en ambas (o en ninguna). Si tomamos decisiones en base a objetivos respecto a las redes sociales, es lógico actuar de la misma manera cuando insertamos nuestros vídeos en la red – al fin y al cabo, este tipo de piezas tienen una elaboración costosa, por lo que hay que mimar mucho la forma en que las distribuimos.
¿Reproductor propio o servicio externo?
La primera decisión que hay que tomar es, ¿Voy a usar un reproductor de vídeo propio integrado en mi web, o voy a utilizar el servicio externo como Youtube o Vimeo? Cada cliente hay que analizarlo por separado, pero si bien el reproductor propio denota calidad y refuerza la identidad corporativa, limita la posible difusión e indexación en buscadores. Dependerá de la estrategia marcada y el uso que se quiera dar al vídeo.
La decisión nunca debería tomarse en función de la facilidad de uno u otro. A simple vista, usar un servicio gratuito es lo más asequible, porque un reproductor propio implica invertir en diseño y programación. Pero un canal de vídeos externo descuidado, sin un trabajo de optimización y de imagen también puede ser perjudicial. Facilidad, ninguno más que otro. Como siempre… En función de las necesidades de cada cliente.
Usar un reproductor externo… ¿qué opciones hay?
Lo primero que viene a la cabeza a muchas personas es colgarlo en Youtube. Si bien es una de las redes de vídeo más potentes y populares, hay otras opciones interesantes, como Vimeo. Elegir uno u otro debe ir determinado, otra vez, en función de tus objetivos básicos a conseguir con ese vídeo o conjunto de vídeos.
- Características básicas
YOUTUBE. Es social sin duda, y más desde su último rediseño, pensado para que la gente construya comunidades de videoblogs y televisión social. Es el que mejor indexa en Google (lógico siendo ellos sus dueños), y la capacidad de optimización para las búsquedas es cada vez más completa, además de tener una search engine propia muy potente y segmentada, facilitando la navegación al usuario.
Por el contrario, es una plataforma muy saturada, donde lo que tiene éxito es el contenido potencialmente viral (que no siempre de calidad o compleja realización). A esto hay que sumarle que aparecen anuncios alrededor de los vídeos que, por similitud de temas, podrían ser competencia.
VIMEO. La plataforma de difusión artística sin duda, donde están los trabajos más trendy del momento. La calidad de imagen es algo mejor que en Youtube (o lo ves en SD o en HD), y el diseño del reproducto es más sencillo que el de su competencia, por lo que queda mejor integrado en la mayoría de diseños.
De todas formas, la indexación no es muy buena y las herramientas de optimización son muy simples. Esto, junto con un buscador bastante poco efectivo, dificulta que alguien encuentre lo que realmente quiere. Además, aunque no tiene anuncios, las cuentas gratuitas están limitadas, y a partir de cierto límite es necesario pagar una cuota.
En resumen… ¿Youtube o Vimeo?
Si tus vídeos son de carácter comercial o de branded content (tutoriales, miniseries, videoblogs, espots, gags) y su esencia comunicativa reside en que circulen por Internet, opta por Youtube. Conseguirás más visibilidad y viralidad, y mejor indexación en buscadores. Te permite crear una comunidad donde tus clientes sean tus espectadores.
Si tus vídeos tienen carácter de aparador o corporativo (reportajes, entrevistas, diseño de producto, etc.) y su principal función es estar integrado en tu web, opta por Vimeo. Tiene un diseño más óptimo para cualquier tipo de web y refuerza la imagen de marca.